el centro desgarbado
y
desgarrado
desgarrado
de ese cazador de especies marinas,
hiriente,
pendiente,
valiente...
Contenedor de enclaustradas mareas,
Contenedor de enclaustradas mareas,
sabio de linces,
piel sin tiestos de tatuajes vespertinos.
Encomendado a los santos de las cuatro esquinas que velan tu cama.
Encomendado a los santos de las cuatro esquinas que velan tu cama.
Blanca rareza en el verano de tu vida.
Tras un pinchazo de nenuco fluorescente,
chorreante y ácido,
se escucha el requiebro de un eco.
Tu latido.

Si miras hacia dentro,
tu voz te devuelve la seguridad del vacío excitante
que te hace adicto al bendito joker
mirando el comodín de aquella habitación.
Recuerda que no te interesan los zapatos pesados
que guardas en áquel baúl de pirata añejo.
Es en el cielo donde el león enciende sus alas,
y allí,
desde el reflejo que te devuelve el mar,
vislumbras nuevos horizontes,
con unos ojos bellos y verdes
que sólo son arquetipo de águila iniciática.
Mer.
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